Las gafas

Del mismo modo que una silla de ruedas no enseña a caminar, las gafas y lentillas no solucionan los problemas visuales, de hecho suelen empeorarlos.

 

No nos enseñan a ver mejor, al contrario, nos arraigan en la tensión y la agravan. A muchos les resultará familiar el hecho de cambiar a cristales cada vez más potentes sin remedio.